Pocas semanas después de que el presidente Barack Obama anunciara una nueva estrategia integrada para Afganistán y Pakistán, basada en aumentar el número de tropas y técnicos en el primer país, fortalecer la ayuda militar y de desarrollo en el segundo, iniciar el diálogo con insurgentes moderados y promover un marco regional de negociación, emergen dudas sobre su viabilidad. El general David Petraeus quiere repetir en Afganistán la fórmula usada en Irak: aumentar momentáneamente las tropas estadounidenses, poner más énfasis en proyectos civiles, no actuar como ocupantes y crear milicias que defiendan sus poblados y colaboren con la débil policía y Ejército afganos para combatir a los talibanes
Pocas semanas después de que el presidente Barack Obama anunciara una nueva estrategia integrada para Afganistán y Pakistán, basada en aumentar el número de tropas y técnicos en el primer país, fortalecer la ayuda militar y de desarrollo en el segundo, iniciar el diálogo con insurgentes moderados y promover un marco regional de negociación, emergen dudas sobre su viabilidad. El general David Petraeus quiere repetir en Afganistán la fórmula usada en Irak: aumentar momentáneamente las tropas estadounidenses, poner más énfasis en proyectos civiles, no actuar como ocupantes y crear milicias que defiendan sus poblados y colaboren con la débil policía y Ejército afganos para combatir a los talibanes.
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