21/01/2013 | Actualidad

Los detalles macabros que se han ido conociendo sobre el suceso han levantado la conciencia moral de un país que no sólo es una potencia económica emergente sino también una sociedad en transformación como consecuencia del intenso proceso de urbanización. Tres semanas de duelo, frustración, y movilizaciones han sacudido a la India, alguna de ellas violentas. Nunca antes se había visto una respuesta tan espontánea, contundente y con tanta fuerza para reivindicar enérgicamente contra la impunidad ante el abuso que se ejerce sobre las mujeres. 

India, que tiene más de 1.300 millones de habitantes, registró casi 25.000 casos de violación el año pasado (un caso de violación por cada 52.000 habitantes), una cifra que ha aumentado en un 25% en los últimos seis años. Según la Oficina Nacional de Registro de Crímenes, cada 20 minutos una mujer es violada en India y solo en uno de cada cuatro casos el violador es condenado.

Frente a este alto nivel de impunidad, el gobierno de Delhi ha anunciado que pondrá en marcha, a través web de la policía de la capital, un registro con los nombres y fotografías de los violadores convictos, que será el germen de un futuro registro nacional de violadores. Además, se ha abierto el primer tribunal rápido para delitos sexuales, la iniciativa más aplaudida por parte de la opinión pública.

Las masivas manifestaciones de estos días son una muestra elocuente de la frustración de la sociedad india ante una administración ineficaz y sin capacidad de respuesta y del hartazgo por la falta de responsabilidad de la élite política.

La intensa reacción ciudadana provocada por el suceso de Amanat muestra que algo está cambiando en la sociedad india. Según Ranjani Kumar, directora del think-tank Centro de Estudios Sociales, parte de estas protestas surgen porque se “ha puesto en evidencia la incapacidad del Gobierno para proteger a las mujeres”.

La India se sitúa en el cuarto lugar del ranking de países más peligrosos para las mujeres, según el último informe elaborado por TrustLaw en 2011 sobre los países más peligrosos para las mujeres. Este informe nos recuerda que el 45% de las niñas de la India están obligadas a casarse antes de alcanzar la mayoría de edad, quedando expuestas a relaciones sexuales no consentidas que equivalen a un abuso sexual de menores y suponen una violación a la Convención sobre Derechos del Niño en Naciones Unidas.

La violación colectiva de la joven india ha despertado la indignación nacional. El periodista Jason Burke, de The Guardian, nos da algunas claves: “En las recientes semanas hemos visto la movilización de una nueva fuerza política […] las manifestaciones espontáneas, y la atención mediática que han generado, han revelado algo nuevo: la existencia de un amplio número de potenciales votantes jóvenes, urbanos y con estudios que no tolera más a una amplia élite política que no rinde cuentas e irresponsable y una administración incapaz de desempeñar la funciones más básicas”.

El intenso proceso de urbanización que está viviendo la India junto con el crecimiento de la clase media está en la base de la reacción ciudadana ante las manifestaciones más violentas de la discriminación de las mujeres. Los hechos vividos en India estas semanas demuestran que el cambio cultural que comporta el progreso económico es una fuerza determinante para construir sociedades más inclusivas en la que los derechos de todos sus miembros estén asegurados. Y reivindicar los derechos de la mitad de la población frente a las más graves formas de discriminación es, sin duda, un paso importante en esa dirección.

Compartir