22/10/2024 | Actualidad > AsiaView

Desde la creación de la República de Singapur el 9 de agosto de 1965, tras ser expulsada de Malasia tras dos años de tensas relaciones, el PIB per cápita de los singapurenses ha aumentado de 517 dólares a los 91.100 dólares. En poco más de medio siglo, la ciudad-estado de Singapur ha pasado de ser un enclave subdesarrollado en el Sudeste asiático, caracterizado por su limitado desarrollo industrial y sus escasos recursos naturales, a una de las metrópolis más prosperas y avanzadas de todo el planeta.  Con un desempleo prácticamente inexistente y un crecimiento económico extraordinario durante décadas, Singapur fue considerado uno de los Cuatro Tigres Asiáticos, junto con Hong Kong, Taiwán y Corea del Sur.

Con una base industrial de alto valor añadido y diversificada, Singapur es un actor global clave en el refinamiento de productos petrolíferos, producción de semiconductores y circuitos integrados.  Además, considerado el tercer centro financiero más importante del globo, Singapur dispone de una sólida infraestructura financiera que ha conseguido asegurar la prosperidad del país al evolucionar de una economía basada en manufacturas competitivas a una centrada en productos financieros y alta tecnología, lo que ha permitido atraer a numerosas empresas multinacionales y fomentar un entorno empresarial dinámico. De esta manera, Singapur no solo se ha transformado en un centro neurálgico de negocios en Asia, sino que también ha establecido un modelo de desarrollo económico que muchos otros países buscan emular.

Lee Kuan Yew: el padre de la nación

El principal artífice del milagro económico singapurense fue el liderazgo del primer ministro Lee Kuan Yew. Nacido el 16 de septiembre de 1923 en Singapur, Lee Kwan Yew fue educado en el Raffles College y luego en el University College de Londres, donde se graduó en Derecho. Siendo miembro fundador del People’s Action Party (PAP), el cual ha gobernado Singapur de forma continua desde 1959, Lee Kuan Yew dirigió el país hasta su muerte en 2015.

Durante su mandato, Lee se enfrentó a enormes desafíos, incluida la pobreza y el desempleo, pero su enfoque pragmático y su visión a largo plazo le llevaron a implementar reformas económicas audaces. Reconoció rápidamente que Singapur necesitaba diversificar su economía, y promovió un modelo de industrialización orientado a la exportación que atrajo inversiones extranjeras y fomentó el crecimiento de industrias clave. A lo largo de su vida, Lee Kuan Yew fue un líder carismático y a menudo controvertido. Sin embargo, su enfoque pragmático y su dedicación al bienestar de Singapur han dejado una huella indeleble en la historia del país, y su legado sigue influyendo en la política y la economía de la región.

Meritocracia y tolerancia cero a la corrupción

La lucha contra la corrupción y la implementación de un sistema meritocrático fueron pilares fundamentales en la política de Lee Kuan Yew y desempeñaron un papel crucial en la transformación de Singapur en una de las naciones más prósperas y eficientes del mundo. Desde el inicio de su mandato, Lee Kuan Yew reconoció que la corrupción era un obstáculo significativo para el desarrollo económico y la estabilidad política. Por ello, implementó una serie de medidas drásticas para combatirla. Estableció la Comisión de Prevención de la Corrupción en 1960, que más tarde se convirtió en la Agencia de Investigación de Prácticas Corruptas. Se adoptó un enfoque de tolerancia cero hacia la corrupción, lo que incluyó sanciones severas para quienes fueran encontrados culpables. Este compromiso con la integridad no solo ayudó a mantener la confianza del público en el gobierno, sino que también atrajo inversiones extranjeras, al ofrecer un entorno predecible y estable.

La meritocracia fue otro componente clave de la política de Lee. Su visión era que los puestos en el gobierno y la administración pública debían ser ocupados por las personas más capacitadas y competentes, independientemente de su origen social o político. Para lograr esto, Lee Kwan Yew reformó el sistema administrativo para que se basara en el mérito y el rendimiento, en lugar de en conexiones personales o políticas. Se implementaron rigurosos procesos de selección y evaluación, así como un sistema de incentivos que recompensaba el desempeño excepcional. Esto no solo mejoró la calidad de la administración pública, sino que también fomentó una cultura de responsabilidad y eficiencia en el gobierno. La formación continua y el desarrollo profesional fueron también aspectos fundamentales, asegurando que los funcionarios estuvieran siempre actualizados y capacitados para enfrentar los desafíos en evolución. Para asegurar la captación de talento en la administración pública singapurense, Lee Kuan Yew promovió la equiparación de salarios entre el prospero sector privado a las posiciones públicas de alta responsabilidad.

Educación e innovación

El enfoque meritocrático también se extendió a la educación, donde se promovió un sistema que identificaba y fomentaba el talento desde una edad temprana. Esto garantizó que la próxima generación de líderes y funcionarios públicos estuviera bien preparada para continuar el legado de desarrollo y prosperidad de Singapur. Se introdujeron cambios significativos en el currículo, enfocándose en materias STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) para preparar a los estudiantes para los desafíos del futuro. Además, se promovió el aprendizaje de idiomas, especialmente el inglés, que se convirtió en la lengua franca del país. Esta decisión no solo facilitó la comunicación en un entorno multicultural, sino que también abrió las puertas a oportunidades laborales en un mercado global cada vez más interconectado.

Una de las características distintivas del sistema educativo de Singapur es su enfoque en identificar y nutrir el talento desde una edad temprana. Se establecieron programas para detectar a estudiantes con alto potencial y se les brindó apoyo adicional a través de programas académicos avanzados y becas. Este enfoque no solo ayudó a desarrollar una élite intelectual, sino que también fomentó un sentido de ambición y logro entre los jóvenes. Lee Kuan Yew también abogó por la importancia de la formación continua a lo largo de la vida. Reconoció que, en un mundo en constante cambio, la educación no debía limitarse a los años escolares, sino que debía ser un proceso continuo. Se promovieron programas de formación y reciclaje laboral para adultos, permitiendo que la fuerza laboral se adaptara a las nuevas demandas del mercado y asegurando que Singapur mantuviera su competitividad. Las reformas educativas tuvieron un impacto directo en el crecimiento económico de Singapur. Con una población bien educada y altamente capacitada, el país pudo atraer industrias de alto valor añadido y convertirse en un centro de innovación y tecnología. La educación también fomentó una cultura de investigación y desarrollo, lo que llevó a avances en diversas áreas y a la creación de una economía basada en el conocimiento.

Fiscalidad: simplicidad y tasas bajas

El atractivo fiscal de Singapur ha convertido a esta ciudad-estado en uno de los principales centros comerciales y financieros del mundo. La combinación de un régimen fiscal favorable y una infraestructura portuaria de primer nivel ha sido fundamental para el crecimiento económico y la atracción de inversiones extranjeras. Uno de los principales atractivos fiscales de Singapur son sus bajas tasas impositivas. La tasa impositiva corporativa estándar del 17% es considerablemente más baja que en muchos países desarrollados, lo que incentiva a las empresas a establecer sus operaciones en el país. Además, se ofrecen exenciones fiscales y reducciones para nuevas empresas, especialmente en sectores estratégicos como la tecnología y la biotecnología. Este enfoque no solo estimula el emprendimiento, sino que también crea un entorno competitivo que favorece la innovación.

El impuesto sobre la renta de las personas físicas es progresivo, con tasas que varían entre el 0% y el 22%. Incluso con las ya bajas tasas impositivas, muchas personas no pagan impuestos sobre la renta gracias a las generosas exenciones y deducciones, lo que mantiene la carga fiscal individual baja. La estructura fiscal de Singapur es conocida por su simplicidad y transparencia. La administración tributaria utiliza tecnología avanzada para facilitar el cumplimiento y minimizar la carga administrativa. Esto no solo beneficia a las empresas, sino que también promueve la confianza en el sistema fiscal, un factor clave para atraer inversores.

El puerto de Singapur, el corazón del comercio mundial

El puerto de Singapur es uno de los más concurridos y eficientes del mundo. Situado en el estrecho de Malaca, el puerto de Singapur se encuentra en una de las rutas marítimas más transitadas del planeta. Este pasaje conecta el Océano Índico con el Mar del Sur de China, lo que lo convierte en un punto de tránsito esencial para el comercio entre Asia, Europa y América. Aproximadamente el 40% del comercio mundial de contenedores pasa por este puerto, lo que subraya su importancia en la cadena de suministro global. La infraestructura portuaria de Singapur es de primera clase, con modernos grúas y sistemas de logística que permiten una rápida carga y descarga de mercancías. Además, el puerto está conectado a una extensa red de transporte terrestre, lo que facilita la distribución de productos a otros mercados.

El puerto de Singapur se destaca como un importante centro de transbordo, donde las mercancías son transferidas de un barco a otro para continuar su viaje hacia su destino final. Este papel es fundamental en la optimización de las rutas comerciales, permitiendo que las empresas envíen sus productos a través de conexiones eficientes a diferentes partes del mundo. La capacidad del puerto para manejar estas operaciones de transbordo con agilidad ha consolidado su posición en el comercio internacional. El puerto también ha sido un pionero en la adopción de tecnologías avanzadas, como la automatización y la digitalización, lo que ha mejorado aún más su eficiencia operativa. Singapur ha invertido considerablemente en la modernización de su infraestructura portuaria para mantener su competitividad en el mercado global.

La puerta a ASEAN

Singapur desempeñó un papel crucial en la fundación de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en 1967. Junto con Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia, Singapur firmó la Declaración de Bangkok, que estableció ASEAN con el objetivo de promover la cooperación económica, la paz y la estabilidad en la región. Singapur ha jugado un papel clave como “puerta” a ASEAN, sirviendo como un importante centro de comercio y negocios en la región. La ciudad-estado ofrece un entorno empresarial favorable, con infraestructura avanzada, un sistema financiero robusto y un marco legal sólido. Esto ha atraído a muchas empresas internacionales que buscan establecerse en la región, convirtiendo a Singapur en un hub para inversiones y operaciones en ASEAN.

El país también ha promovido la integración económica dentro de ASEAN, apoyando iniciativas como la ASEAN Economic Community (AEC), que busca crear un mercado único y una base de producción en la región. A través de su liderazgo en temas económicos y de seguridad, Singapur ha fomentado la cooperación entre los estados miembros, consolidando su posición como un puente entre ASEAN y el resto del mundo.

Conclusión

El ascenso de Singapur, de un enclave subdesarrollado a una de las metrópolis más prósperas del mundo, es un testimonio de la visión y liderazgo de Lee Kuan Yew y de un enfoque integral en la gobernanza. La combinación de políticas de meritocracia, una lucha implacable contra la corrupción, un sistema educativo robusto y un régimen fiscal favorable ha creado un entorno propicio para el crecimiento económico.  El puerto de Singapur, en particular, se ha consolidado como un pilar clave de esta transformación, actuando no solo como un centro logístico vital sino también como un facilitador del comercio internacional.

En resumen, el éxito de Singapur es el resultado de una planificación cuidadosa y de políticas efectivas que han logrado un equilibrio entre crecimiento económico, estabilidad política y desarrollo social. Este modelo no solo ha transformado a Singapur en un líder regional, sino que también ofrece lecciones valiosas para otras naciones que buscan emular su milagro económico. La historia de Singapur es, por tanto, un ejemplo inspirador de cómo la visión, la determinación y la innovación pueden llevar a un país a alcanzar nuevas alturas en el escenario global.

Departamento de Economía y Empresa de Casa Asia

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