12/01/2012 | Actualidad

Son mujeres que llegaron a Tailandia huyendo del hambre y la represión del Gobierno de Birmania. Todas ellas comparten una tradición que mantiene unida a su tribu, los padaung, y hoy luchan por sobrevivir gracias a los pocos ingresos que el turismo les deja.

Vestidas con pantalones bombachos y blusas blancas, las mujeres padaung ofrecen a los turistas pañuelos, brazaletes y figuras hechas por ellas mismas. Sin embargo, su gran atractivo reside en sus cuellos, adornados con aros dorados de alambre y bronce. Éstos se colocan a todas las niñas desde que cumplen 5 años y se van añadiendo aros progresivamente con el paso del tiempo, simbolizando la experiencia.

Son vitalicios y hay mujeres que llevan hasta 27 aros. Estos collares no alargan el cuello, puesto que es fisiológicamente imposible, pero oprimen la clavícula, presionan hacia abajo los hombros y provocan que la cavidad de las costillas baje de su posición normal, lo que provoca el efecto de cuellos largos. Los cuellos de estas mujeres siempre están erguidos y su aspecto es esbelto.

En contra de algunas ideas difundidas por algunos guías turísticos, las mujeres jirafa no mueren si se desprenden de sus aros, aunque la flacidez que han ido adquiriendo los músculos de sus cuellos, hace que puedan desnucarse y necesiten rehabilitación.

Se trata de una costumbre que posee una finalidad estética y de identidad cultural. Los primeros antropólogos apuntaban que la finalidad de estos collares era la de proteger y evitar mordeduras de tigres, – al que espanta el brillo – aunque se descartó porque en este caso los hombres también deberían usarlos. Así pues, las hipótesis actuales son dos: la primera de ellas considera los aros como una forma de identidad y que estos aros evitan que las mujeres sean esclavizadas por otras tribus. La segunda, considera los collares como joyas que potencian el atractivo de la mujer, puesto que resaltan su belleza. Sin embargo, todo son hipótesis y las mujeres jirafa dicen que simplemente se trata de una costumbre cultural indicadora de belleza.

Con sus aros de alambre y cobre, las mujeres jirafa han despertado el interés de millones de turistas de todo el mundo, que contemplan con rareza y expectación los cuellos de estas mujeres mientras dirigen los objetivos de sus cámaras para inmortalizar el momento.

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