El ex primer ministro Lee Kuan Yew pasará a la historia como el artífice de la transformación de Singapur como colonia británica en uno de los países más desarrollados del mundo, con un gran bienestar social y económico. Lee convirtió Singapur en un hub mundial para hacer negocios ya que las inversiones extranjeras se vieron seducidas por los bajos impuestos hasta llegar a ser el tercer país del mundo con mayor renda per cápita.
Como primer ministro, Lee Kuan Yew apuntaló el pragmatismo económico como el primer pilar del nuevo país, creando un regimen alejado de las democracias occidentales pero que abrazó el comercio y las finanzas. Sin apenas recursos naturales, Singapur consiguió convertirse en un país rico aunque con deficiencias en libertad de expresión o en democracia, lo cual no ha repercutido en la visión de Lee como estadista clave en Asia por parte de los grandes líderes internacionales.