Pero nos lo tomamos con cierto escepticismo, ¿como puede ser que unos animales tan simpáticos nos intenten robar? Empezamos a penetrar esta ciudad histórica, que también tiene una gran cantidad de templos, y nos vamos sintiendo cada vez más observados. De repente vemos cientos de ojos que nos miran desde el suelo, desde el balcón del edificio de enfrente, desde los rudimentarios cables que transportan la luz, desde los árboles… y comenzamos a disparar fotos con la cámara a todas partes impresionados por estos entrañables animales. Seguimos el recorrido y cuanto más penetramos la ciudad más monos aparecen, multiplicandose a gran velocidad, así que decidimos guardar la cámara no vaya a ser que sea verdad eso de que les gusten los objetos relucientes y nos la roben.
En Lopburi podemos encontrar dos templos muy importantes: Prang Sam Yot y Sarn Phra Karn, claros ejemplos de la arquitectura Khmer tan típica de Tailandia. Aunque no son templos muy impresionantes comparados con los que podemos encontrar en el resto país, al combinar los templos con los monos Lopburi se convierte en una ciudad merecedora de ser visitada por cualquier turista. Una buena época para visitar esta ciudad es en noviembre cuando se celebra un multitudinario festival en honor a los monos y se les ofrece todo tipo de manjares.