La cooperación militar entre Corea del Sur y EEUU se sustenta básicamente por la compleja situación del conflicto intercoreano. Barack Obama y Lee Myung-bak reafirmaron la alianza militar en sus cumbres bilaterales celebradas en Washington y Seúl el 16 de junio y el 18 de noviembre de 2009
La cooperación militar entre Corea del Sur y EEUU se sustenta básicamente por la compleja situación del conflicto intercoreano. Barack Obama y Lee Myung-bak reafirmaron la alianza militar en sus cumbres bilaterales celebradas en Washington y Seúl el 16 de junio y el 18 de noviembre de 2009 (1). La alianza se reforzó tras las ambiciones nucleares de Pyongyang demostradas con su segundo ensayo nuclear del 25 de mayo de 2009. El secretario de defensa Robert Gates participó con el ministro de defensa Kim Tae-young, el 22 de octubre en Seúl, en la 41ª ROK-U.S. Security Consultative Meeting. Gates también aseguró el compromiso militar estadounidense, incluso la provisión del paraguas nuclear, ante un eventual ataque norcoreano (2). Una posibilidad no descartada mientras Pyongyang no renuncie a seguir desarrollando su programa nuclear. EEUU también asegura este paraguas nuclear a Japón asía como la defensa de Taiwan.
La cooperación militar abarca múltiples aspectos, desde la prevención y la respuesta a cualquier tipo de ataque exterior hasta la adquisición y el mantenimiento de las capacidades militares surcoreanas.
a) Las constantes amenazas de Pyongyang concretadas en varios ensayos balísticos durante 2009, especialmente el lanzado el 5 de abril que voló una distancia de 3.200 kilómetros, obligó a Seúl y Washington a revisar y mejorar sus programas y medios de defensa (3). Corea del Norte ya ha demostrado su capacidad para alcanzar cualquier objetivo en el Sur y Japón. En cambio, los misiles tierra-tierra surcoreanos Hyunmoo 1 y 2 no alcanzan los 700 kilómetros de distancia para llegar a los objetivos militares de parte del territorio del Norte. Ello explica que Seúl quiera desarrollar sus misiles de medio alcance (el Hyunmoo-3), incluidos los misiles antisubmarinos, que alcancen hasta más de 1.000 kilómetros (4). Pero sus programas militares deben desarrollarse en el marco de los acuerdos de defensa con EEUU (5). Por otro lado, Corea del Sur fue el 5º comprador de armas estadounidenses en 2008 que representan el 70 % de sus compras. El Congreso de los EEUU aprobó concederle el mismo status preferencial para comprar armas que disfrutan los miembros de la OTAN y también otros aliados como Japón, Australia y Nueva Zelanda.
b) Otra cuestión de alta seguridad es la mejora de medidas para evitar los ataques cibernéticos, desde Corea del Norte u otros países, capaces de amenazar la seguridad de los sistemas de información y de defensa militar o incluso afectar hasta paralizar a la Administración pública y la economía financiera del país (6). El Ministerio de Defensa esta incrementando los equipos militares especializados para evitar que el país sea vulnerable al ‘terrorismo cibernético’. La alarma saltó cuando muchas websites oficiales, incluso los de la Asamblea Nacional, Ministerios y Organismos oficiales, bancos y medios de comunicación fueron objeto de un sistemático ataque de los ‘hackers’ durante varios días de julio del año pasado. Los servicios de Inteligencia creen que Pyongyang podría estar detrás de esta sofisticada acción, aunque no se descartan otras posibilidades. Esta claro que la zona desmilitarizada del paralelo 38 no sirve para frenar los ataques cibernéticos.
EEUU tienen estacionadas en el Sur a 28.500 militares y personal auxiliar que apoyan a los 655.000 soldados surcoreanos que deben afrontar la amenaza de más de 1.200.000 soldados norcoreanos, entre ellos 100.000 formando parte de tropas especiales, apostados al otro lado del paralelo 38. El malogrado presidente Roh Moo-hyun firmó, en febrero de 2007, un acuerdo con los EEUU que prescribía que el ejército surcoreano dejaría de estar supeditado, en situación de guerra, al control operacional unificado bajo mando estadounidense (OPCON). Este acuerdo, que prevé sea aplicado antes del 17 de abril de 2012, implica la devolución del mando de las tropas surcoreanas a su propio alto mando militar. Sin embargo, Lee Myung-bak quiere revisar aquel acuerdo para demorar esta transferencia para más tarde del 2012. Considera que un mando militar unificado sigue siendo imprescindible para hacer frente a un eventual ataque norcoreano. Entiende que ha cambiado el contexto político en el que se firmó el acuerdo en 2007. Entonces, Pyongyang había aceptado negociar la completa y definitiva desnuclearización. En 2009, el Norte volvió a una actitud agresiva, plasmada en su segundo ensayo nuclear del 25 de mayo de 2009 y en otros lanzamientos de misiles de diverso alcance a partir del 5 de abril.
También han cambiado la situación de las relaciones bilaterales. Mientras Roh Moo-hyun quería reducir la dependencia militar con los EEUU, Lee Myung-bak reorientó la política exterior reforzando la alianza militar con Washington. El ministro de Defensa Kim Taeyoung reiteró el pasado 20 enero que 2012 es el peor momento para llevar a cabo el traspaso del control de Washington a Seúl y se manifestó partidario de posponerlo hasta que se haya resuelto la cuestión nuclear con el Norte. Por otro lado, existen razones económicas. La crisis económica afecta a los presupuestos militares y, en consecuencia, a la modernización de las capacidades del ejército surcoreano. El último paso se dará en función de las circunstancias políticas existentes en su momento en relación al proceso de desnuclearización del Norte.
Por otro lado, Lee Myung-bak confirmó a Obama la decisión de su Gobierno, anunciada el 30 de octubre, de reemprender en 2010 el envío de personal militar y civil surcoreano en Afganistán para desarrollar programas o proyectos de reconstrucción del país, concretamente en Charikar, la capital de la provincia de Parwan. El Gobierno, tras consultar al Ministerio de Defensa y la Agencia de Cooperación Internacional, prevé enviar un contingente de 320 soldados, 40 policías y 100 civiles. La propuesta fue aprobada por la Asamblea Nacional el 23 de febrero por 148 votos a favor, 5 en contra y 10 abstenciones. Recibió el apoyo del partido gubernamental GNP mientras fue boicoteada por el opositor Partido Democrático. Corea del Sur ya había enviado a Afganistán médicos e ingenieros militares entre 2002 y 2007. Este personal fue retirado después que 23 misioneros y voluntarios surcoreanos fuesen secuestrados y dos ellos asesinados por los talibanes en julio 2007. Cabe recordar que Corea del Sur también envió 3.600 soldados a Irak en 2004, una presencia militar que finalizó en diciembre de 2008.
Jaume Giné Daví, profesor asociado de la Facultad de Derecho de ESADE. Investigador asociado al IGADI