Cristina Borras, directora del Departamento Internacional de la Agència de Gestió d’Ajuts Universitaris i de Recerca (AGAUR) y Amadeo Jensana, director del Departamento de Economía de Casa Asia, fueron los encargados de la obertura del acto. La jornada se dividió en tres bloques: estrategias y arquitecturas de Open data, Economía Colaborativa y Area Management city.
El primer experto a intervenir fue Lluis Sanz, director de Informació Base de l’Institut Municipal d’Informàtica de Barcelona (IMI), que expuso qué es, cómo funciona y cuáles son las fuentes, la arquitectura y la estrategia del Open Data Barcelona.
Sanz explicó que la iniciativa consiste en poner información del sector público al alcance de todo el mundo en formatos digitales, estandardizados y abiertos, siguiendo una estructura que permita la comprensión. Los objetivos son incrementar la transparencia del Ayuntamiento, ver cuáles son las necesidades de la sociedad por lo que respeta a datos públicos ofertados, potenciar la iniciativa de hacer públicos estos datos y su reutilización, así como el tejido económico.
Open data Barcelona ya acumula cerca de 10.000 descargas. Actualmente tiene más de 350 bases de datos disponibles y 1.400 ficheros, que se ofrecen en varios formatos. Están en actualización constante y ponen en circulación cerca de 3.000 formatos y ficheros diferentes cada día.
Por lo que respeta a Open Platform, Francesc Casaus, del IMI, se centró en explicar el proyecto SENTILO. Dentro de la estrategia de Open Data Barcelona, la arquitectura de datos proviene de los dispositivos desplegados en el territorio, los censores. SENTILO se basa en la obtención de estos datos enviados a diferentes puntos de la ciudad.
Casaus dijo que el proyecto fue creado en 2011, y se basó en tres características fundamentales: que fuera Open Source, para reducir costes del desarrollo, que aceptase todo tipo de censores y que redujera gastos compartiéndolos con una comunidad de desarrolladores, fabricantes y otras ciudades que estuvieran interesadas en una plataforma similar. Casaus hizo hincapié en dos de los objetivos principales del proyecto: uno es romper con las soluciones verticales que los fabricantes ofrecen y la otra es construir una arquitectura horizontal para evitar su aislamiento.
SENTILO se pone en marcha entre el 2013 y el 2016 en Barcelona, y se incluye también en otras ciudades del mundo. En la actualidad, tiene una comunidad de ciudades, fabricantes y consultores constituida y obtiene datos de las ciudades gracias a sus censores. En Barcelona recoge datos de 10 tipos diferentes, hay desplegados 1.800 censores en diferentes puntos de la ciudad, colabora con 30 compañías locales, nacionales y multinacionales, y recoge alrededor de 3 millones de datos al día.
También intervino Takuma Enomoto, de la Universidad de Kyushu, que explicó a los asistentes su proyecto de CityOS para la ciudad de Fukoaka. Se trata de un proyecto académico que aún no se ha llevado a cabo en la vida real, y que consiste en una coevolución social, es decir, en solucionar problemas que los ciudadanos tienen con tecnologías con las que ya están adaptados y al mismo tiempo desarrollar algunas de nuevas.
Mayo Fuster, directora de uno grupo de Investigación de la Universitat Autònoma de Catalunya y asesora del Ayuntamiento de Barcelona, fue la persona que abrió el bloque sobre economía colaborativa.
Fuster explicó el plan del Ayuntamiento para promover la Economía colaborativa Procomún, que se refiere a un modelo emergente basado en la colaboración de comunidades de personas contribuidoras. A grandes rasgos dijo que a partir de plataformas digitales, desarrollan recursos comunes de los cuales la propiedad es compartida y deviene accesible como un bien público. Casos clásicos de grande éxito son el software libre y la Wikipedia, por poner un par de ejemplos.
Fuster destacó también el programa de Barcelona Activa La Comunificadora para impulsar iniciativas de economía colaborativa, a través de la formación y el asesoramiento.
La portavoz de la plataforma GOTEO, Maria Perulero, también explicó este proyecto. Goteo es una plataforma de crowdfunding cívico que colabora con iniciativas ciudadanas, proyectos sociales, culturales, tecnológicos y educativos. Gracias a su código abierto, cuenta con replicas y alianzas en diversos países. Los valores de Goteo son la transparencia, el progreso y la mejora de la sociedad, aseguró.
Mediante procesos cooperativos, su objetivo es que la ciudadanía tenga un papel activo en la mejora de sus comunidades. Ofrecen el diseño de herramientas Open Source, tanto tecnológicas como metodológicas, que promueven el libre acceso a la información.
Perulero explicó algunos de sus proyectos más destacados: Correscales 2016, Cerca de tu casa, LaFábrika detodalavida, #ArteDeMisManos, entre otros.
El japonés Iwao Kobayashi, explicó brevemente la iniciativa de Local Good Yokohama, creada juntamente con la plataforma Goteo. Es un proyecto con el objetivo de dar a conocer qué está pasando en esta región japonesa. Compuesta por varias organizaciones locales, anima a la ciudadanía a unirse y realizar aportaciones de capital a entidades que están trabajando para solucionar problemas sociales. Por el momento, cuenta con unas 6.000 personas y ha recogido más de 10 millones de yenes.
La última intervención, enmarcada dentro del bloque Area management of city, la presentó Salvador Rueda, director de la Agencia de Ecologia Urbana de Barcelona, que desarrolló el proyecto de la Supermanzana.
Según Rueda, la Supermanzana es una nueva forma de organización urbana, que con su implantación, aporta soluciones a la movilidad, disponibilidad y cualidad del espacio público de los peatones. Propone dos cambios fundamentales: la jerarquización de la red viaria y el establecimiento de una red diferenciada por cada modo de transporte. Dentro de las Supermanzanas se reduce el transito y el estacionamiento de vehículos para dar preferencia a los peatones. En condiciones especiales, las vías son cedidas a vehículos residentes, servicios, emergencias, carga y descarga, etc. El proyecto representa una solución que une el urbanismo y la planificación de la movilidad con el objetivo de limitar la presencia del vehiculo privado en el espacio público.
Rueda terminó su intervención anunciando que el proyecto ya está aprobado y diseñado en ciudades como Vitòria-Gateiz, A Coruña, Ferrol, Viladecans y el Prat de Llobregat.