Los vestigios y el rastro de distintas etapas de la historia de Mongolia, pero también del continente asiático confluyen en el valle. El paisaje de Orkhon es uno de los más majestuosos del país, antaño cuna del imperio mongol y posteriormente del imperio uigur. Cabe destacar que en dicho valle se origino una forma local de espiritualidad budista cuyo templo más representativo es el monasterio de Tuvkhun. La visita a las cataratas es una cita ineludible para el viajero que explora el país de las estepas, una región donde el estilo de vida de sus habitantes debe adaptarse al rigor del clima y a la constante búsqueda de nuevos pastos.
Los pueblos nómadas que habitan en Mongolia tienen una gran influencia en su sociedad, tradiciones como el tiro en arco y las carreras de caballos se mantienen vivas y gozan de una gran popularidad. Así pues, la cultura nómada ha perdurado a lo largo de los siglos y ha logrado conservar intacta su identidad. En la vasta estepa los pastores nómadas sólo encuentran resguardo en las yurtas, tiendas de forma cilíndrica hechas de fieltro y sostenidas por un armazón de varas de madera. La principal fuente de alimentación de los hombres y las mujeres de las estepas consiste en la leche, los productos derivados de esta y en menor medida la carne.
El valle de Orkhon fue durante siglos el núcleo político y económico del país. Así pues, se puede decir que hoy el valle se ha convertido en un ejemplo de la supervivencia del legado nómada de Gengis Khan y Kublai Khan, el paso del tiempo aún no ha conseguido borrar la herencia del pueblo mongol.