El brote de COVID-19 reafirma el dicho de “la salud ante todo”. Pero las consecuencias de las medidas para frenar su propagación han cobrado un alto precio en la riqueza de muchos y en el salario de millones de personas.
Tailandia ha obtenido buenos resultados en la contención del brote y la mitigación de sus efectos. Desde el 27 de abril de 2020, el número de nuevos casos de COVID-19 ha aumentado sólo ligeramente, e incluso ha habido días en los que no se ha registrado ningún caso nuevo. Alrededor del 96% de los infectados se han recuperado totalmente y la tasa de mortalidad es inferior al 2%.
Junto con las medidas de salud pública, el gobierno está abordando los riesgos económicos mediante la inyección de préstamos y asistencia financiera a la población. Algunos observadores apuntaron con razón que, si la economía es un paciente enfermo que necesita urgentemente oxígeno, el flujo de efectivo bombeado por el gobierno es comparable al aliento de aire fresco en una habitación donde no corre el aire.
Hasta la fecha, Tailandia ha aprobado medidas de rescate económico en tres fases que atienden a los empresarios, los obreros y los hogares, de modo que todos los sectores vulnerables de la sociedad tengan acceso a las fuentes de ingresos, ya sea en forma de ingresos, ayuda o préstamos. El principio general es mantener la liquidez y permitir que el dinero en efectivo permanezca en manos de la población. Estas medidas podrían clasificarse a grandes rasgos en tres objetivos, a saber, aliviar la carga del gasto público, aumentar los ingresos y mantener el motor económico engrasado y en funcionamiento.
Para aliviar la carga de los gastos, las facturas de agua y electricidad se eximieron o descontaron durante tres meses en todos los hogares. Los plazos de presentación y pago de los impuestos sobre la renta de las personas y las empresas se han ampliado. La tasa de retención de impuestos se reduce del 3 al 1,5 por ciento durante seis meses. La tasa de alquiler de las propiedades estatales que se utilizan para fines residenciales y agrícolas estará exenta durante un año. Además, las instituciones financieras aplazarán el pago de los préstamos para automóviles, motocicletas y viviendas.
Añadir ingresos es más difícil ya que todos los motores del crecimiento económico están casi paralizados. Dado que el gobierno es el último “gran comprador” en el mercado, está empleando todos los canales y mecanismos posibles para asegurar que el alivio sea inclusivo. Por ejemplo, los trabajadores del sector no estructurado despedidos han estado recibiendo 5.000 baht para compensar los salarios durante tres meses, mientras que los inscritos en el Fondo de Seguridad Social recibirán el 70% de sus salarios hasta 200 días. Un programa de préstamos por valor de 40.000 millones de baht permitirá, a los que reúnan las condiciones necesarias, obtener un préstamo de emergencia de 10.000 baht con un tipo de interés mensual del 0,1%. Al mismo tiempo, las PYMES pueden solicitar un préstamo de bajo interés a la Caja de Ahorros del Gobierno y al Banco de las PYMES. El Gobierno también ha aprobado un presupuesto de 150.000 millones de baht para la distribución de 15.000 baht a diez millones de agricultores registrados.
Entre las medidas para sostener los sectores económicos figura la iniciativa mediante la cual, el Banco de Tailandia concederá 500.000 millones de baht de préstamos blandos a las instituciones financieras para que puedan ofrecer préstamos a determinadas PYME. Se ha asignado otro billón de baht para resucitar sectores que van desde la agricultura hasta el turismo. Además, Tailandia está investigando en materia de recursos humanos impartiendo capacitación en las aptitudes necesarias, como la enseñanza de idiomas para los guías turísticos y la gestión empresarial para los empresarios.
Lo más importante es que el Gobierno ha relajado gradualmente ciertas restricciones en fases desde el 3 de mayo de 2020, para permitir la reactivación del negocio. La decisión se tomó en base al resultado satisfactorio del control del COVID-19. El primer grupo de establecimientos que volvió a estar en servicio incluyó restaurantes, puestos de comida, vendedores ambulantes, mercados, peluquerías, instalaciones de salud y campos de golf. En consecuencia, el gobierno permitió que los centros comerciales y los negocios más grandes se reabrieran. Esto, sin embargo, no significa que nuestra lucha contra la pandemia haya terminado. Aún queda un largo camino por recorrer.
Proyección de futuro
Si bien las perspectivas de Tailandia para superar COVID-19 pueden parecer prometedoras, todos los caminos hacia la recuperación económica apuntan a obstáculos rocosos. Los gurús ya han pronosticado un sombrío crecimiento anual para Tailandia y en todo el mundo. No obstante, todos los sectores están aprovechando este “tiempo muerto” para hacer los preparativos necesarios para el panorama posterior al COVID-19.
El COVID-19 se ha convertido en un acelerador accidental para Tailandia en el rediseño de su futuro hacia una economía más innovadora y sostenible, un plan que Tailandia ha estado llevando a cabo durante algunos años. En ausencia de turistas, Tailandia está mejorando la calidad de los servicios turísticos mediante el desarrollo de soluciones basadas en la tecnología y la ampliación de las aplicaciones de comercio electrónico. La naturaleza y los parques nacionales de Tailandia entraron en una “fase de balneario”, y han sido restaurados a un estado prístino. Asimismo, se está renovando el Aeropuerto Internacional Don Mueang de Bangkok. Teniendo en cuenta el distanciamiento social, las autoridades turísticas de Tailandia se están dirigiendo a grupos de turistas más pequeños, centrándose en la calidad más que en la cantidad, y potenciando el turismo enfocado en la protección sanitaria.
Las actividades económicas en Tailandia deben estar más en línea, al igual que en otros países. El “negocio de siempre” se está redefiniendo en el espectro de la “Nueva Normalidad”. Los comerciantes están subiendo al tren del comercio electrónico, deseando que sus productos se vuelvan virales para sobrevivir a este brote de virus. Reuniones, actividades de negocios e incluso exposiciones comerciales se llevan a cabo en el mundo virtual. Incluso los agricultores y los empresarios reciben formación para mejorar su alfabetización en línea y sus habilidades para acceder al creciente mercado del comercio electrónico.
Además, Tailandia está poniendo más empeño en la investigación y la tecnología, en particular en la innovación de tratamientos y soluciones médicas. Ahora tenemos robots asistentes y telemedicina para ayudar a los médicos y enfermeras a atender a los pacientes a distancia.
Todos estos esfuerzos reforzarán la economía de Tailandia al igual que ocurrió durante la crisis económica asiática que azotó al país en 1977. En aquel entonces, la Filosofía de la Economía de Suficiencia fue introducida por Su Majestad el Rey Bhumibol Adulyadej El Grande para fomentar un enfoque más equilibrado del desarrollo basado en la racionalidad y la moderación. Es hora de volver a explorar esta filosofía como una inmunidad contra cualquier choque externo futuro.
Será un largo camino de recuperación antes de que podamos volver a la normalidad y nuestra economía recupere el impulso. Pero mientras sigamos comprometidos con nuestras aspiraciones, el mundo se recuperará y emergerá con un fuerte sentido de resistencia y solidaridad.
Ms. Pensom Lertsithichai, directora de la División de Información, Ministerio de Asuntos Exteriores de Tailandia.