04/09/2009 | Actualidad > AsiaMedia
La policía fiscal italiana de Lucca (región de Toscana) ha confiscado dos lujosos yates pedidos por Kim Jong-il y listos para ser transportados desde Viareggio hacia Corea del Norte. La confiscación se realizó en el marco de las sanciones internacionales aprobadas por las resoluciones de NNUU

La policía fiscal italiana de Lucca (región de Toscana) ha confiscado dos lujosos yates pedidos por Kim Jong-il y listos para ser transportados desde Viareggio hacia Corea del Norte. La confiscación se realizó en el marco de las sanciones internacionales aprobadas por las resoluciones de NNUU. Estas prohíben a sus Estados miembros exportar mercancías de lujo a aquel país. La noticia publicada por ‘The Chosum Ilbo’ recogiendo fuentes italianas, informaba sobre esta investigación realizada por Italia con la colaboración de Austria. El precio de 13 millones de euros fueron pagados al contado al hacer el pedido por un empresario austriaco en Viena, pero la titularidad de los yates fue transferida a una compañía china. El hilo de la investigación llevó hasta una cuenta bancaria de Kim Jong-il. A pesar de su delicado estado de salud y la grave crisis económica del país, el dictador no se priva de comprar y disfrutar de artículos de lujo europeos.

La noticia, sorprendente, es interesante porque demuestra que ya se están aplicando sanciones al régimen norcoreano para persuadirle a volver a la vía del diálogo. EEUU lidera la aplicación de las medidas de presión a Pyongyang. Su armada siguió durante varios días al buque norcoreano ‘Kangnam’, sospechoso de transportar mercancías, incluso armas, prohibidas a la Junta militar de Myanmar. Finalmente, el buque giró en su ruta para volver al puerto de Nampo. Diplomáticos estadounidenses han visitado China, Hong-kong y Malasia para urgir su colaboración activa para controlar y perseguir las transacciones comerciales ilegales de determinados bancos y empresas norcoreanas. Incluso la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, en su segunda gira a Asia, ha aprovechado su asistencia al ASEAN Regional Forum (ARF), que se inició en Phuket (Tailandia) el 21 de julio, para convencer a los estados miembros de la ASEAN a sumarse a las presiones a Pyongyang. Corea del Norte es miembro de la ARF desde el 2000.

EEUU no quieren establecer un diálogo directo con Pyongyang, a menos que el Norte quiera dar pasos serios e irreversibles hacia su definitiva desnuclearización. Prefieren aprovechar el marco internacional y las resoluciones de NNUU, también aprobadas por China y Rusia, para enviar a Kim Jong-il el mensaje de que no van a reconocerle su status de potencia nuclear. China también teme que un Norte nuclear pueda acelerar una carrera hacia el rearme militar en Asia Oriental.

EEUU y sus aliados repiten que no se recompensará a Pyongyang para que vuelva a la mesa de negociaciones. Sin embargo, en su reciente visita a la zona, Kurt Campbell, el asistente de la Secretaría de Estado para Asia Oriental, ha reiterado que si Corea del Norte está preparada para la negociación, EEUU, Corea del Sur, Japón, China y otros estados aportarían un importante y atractivo paquete de incentivos a Pyongyang. Sin embargo, este planteamiento no es nuevo. La administración de Bill Clinton ya lo intentó hace más de una década. Ahora, el conflicto continúa estancado en un callejón de difícil salida debido a la intransigencia norcoreana. Las sanciones internacionales por si solas no harán cambiar un régimen que se basa en el aislamiento internacional y en la posesión de un arsenal nuclear. El logro de un status nuclear constituye el gran activo propagandístico de Kim Jong-il ante la elite militar para asegurar la sucesión a favor de su hijo de 26 años Kim Jong-un (Kim III), a las puertas del 2012, año en que se cumplirá el centenario del nacimiento de Kim Il-sung, padre de Kim II y fundador de la dinastía.

Y mientras Kim Jong-il, que padece un cáncer, dilapida los escasos recursos económicos del país fabricando misiles o comprando yates de recreo en Italia, la mayor parte de los norcoreanos se hunden trágica e irremisiblemente en la miseria. Cabe recordar que la economía norcoreana creció un 3’7 % en 2008, año en que disfrutó de una buena cosecha de trigo, complementada por una copiosa asistencia internacional. Pero en 2009 la situación económica y social va empeorando. Rotas las negociaciones multilaterales y aprobadas las sanciones internacionales, la ayuda internacional de las NNUU apenas llega, sobre todo a partir del ensayo nuclear del 25 de mayo. El comercio exterior se ha frenado. Incluso se han reducido las actividades productivas en el complejo industrial de Kaesong. Pyongyang también renunció hace un año a los cuantiosos ingresos de divisas al suspender indefinidamente los dos tours turísticos organizados por Hyundai Asan al Monte Geumgang y a la histórica ciudad de Kaesong.

Corea del Norte depende más que nunca de la compleja y ambivalente posición china en este conflicto. Si la ayuda exterior no llega con prontitud y antes de que arribe el crudo invierno, la población civil puede ser víctima de otra hambruna como la que ya afectó al país en 1994.

Jaume Giné Daví, profesor asociado del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona. Profesor asociado de la Facultad de Derecho de ESADE. Investigador asociado al IGADI

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