Para esta fiesta, conocida como Obon, la gente de Japón invita a los espíritus de sus antepasados a volver a su casa durante unos días al año, les preparan un altar especial y les hacen ofrendas de comida y flores. Unos días antes, limpian las tumbas y encienden un fuego para ayudarlos a volver a sus antiguas casas. En el fuego encienden el incienso que ilumina el altar donde les dan la bienvenida como a invitados vivos. Después de unos días, se les indica el camino de retorno y se les despide esperando reencontrarse con ellos el año siguiente.
El espectáculo interpretado por Yoshi Hioki y Sílvia Lezcano tuvo muy buena acogida y en los dos días de actuaciones la vieron más de 900 personas. Fue un espectáculo delicado, sencillo y emotivo dónde el cuento, la música y la danza nos hicieron vivir la fiesta de los difuntos en Japón y nos acercaron a su cultura.