04/06/2008 | Actualidad > AsiaMedia
Asia es uno de los continentes más relacionados con la crisis alimentaria global, tanto desde el lado de la demanda como el de la oferta. Menos cultivos, mayores costes, los biocombustibles, especulación?

Asia es uno de los continentes más relacionados con la crisis alimentaria global, tanto desde el lado de la demanda como el de la oferta. Menos cultivos, mayores costes, los biocombustibles, especulación?

El aumento de los precios de los alimentos es el resultado, en primer lugar, de que cada día se necesita más comida que, a su vez, es más escasa. Sobre todo falta grano. El precio del arroz y del trigo se ha más que duplicado en el último año. La población mundial crece una media de 75 millones de personas al año. 2.200 millones subsisten con menos de un dólar al día y ya dedican un 90 por ciento de su dinero a su nutrición básica.

En los últimos tres años, los alimentos han subido de media un 83 por ciento. Los pobres no pueden afrontar tal inflación. La ONU ha calculado que 100 millones de personas sufrirán de una manera muy directa este encarecimiento y pasarán hambre. Países como Corea del Norte están en una situación límite: uno de cada cuatro habitantes no tendrá suficiente comida durante el próximo trimestre.

Asegurar el suministro

En Asia, países como India han limitado las exportaciones de arroz para asegurar que su propia población siga teniendo acceso al grano. Vietnam ha hecho lo propio, aunque ya ha anunciado una gran ampliación del terreno dedicado al cultivo. Bangladesh se ha unido al grupo, y ha prohibido exportar la mayor parte de variedades de su arroz. Por su parte, Yakarta ha anunciado que Indonesia sólo exportará si posee un mínimo de tres millones de toneladas de arroz en stock.

Pero hay otras maneras de asegurar el suministro a la población. En Bangladesh, los propietarios de las fábricas textiles han empezado a ofrecer arroz subvencionado entre sus trabajadores peor pagados. Mientras, en Filipinas, el gobierno ha aprobado medidas para incrementar la cantidad de este grano que subvenciona a sus ciudadanos. Indonesia también ha aumentado los recursos dedicados a la subvención de arroz para los pobres, en un intento de mantener su precio controlado.

Gran parte de las causas, en Asia

Asia tiene una relación muy estrecha con todo lo que tiene que ver con esta crisis, tanto desde el punto de vista de su población como desde su rol como productora de arroz. Los principales países productores mundiales de arroz son asiáticos. Estos son Tailandia, Vietnam, China, India y Pakistán. En ellos se hallan varias de las causas que han propiciado el incremento de los precios.

En los últimos años China e India han perdido terreno agrícola y aguas de irrigación. Este suelo, donde antes los campesinos cultivaban, ahora lo ocupan nuevas fábricas y desarrollos inmobiliarios. Filipinas ya ha legislado para frenar esta pérdida de terreno agrícola. Precisamente, este proceso de industrialización y urbanización se traduce en un mayor bienestar de las nuevas clases medias asiáticas, sobre todo en China. Son 30 millones de hogares que están adquiriendo distintos hábitos alimentarios.

Antes sólo podían acceder a alimentos básicos como el arroz. Ahora, su mayor poder adquisitivo les permite comprar carne y leche. Los ganaderos, por lo tanto, deben dotar de más animales sus granjas. Con ello, el grano para alimentar a estos animales ha aumentado considerablemente y han disminuido las reservas.

Otra causa de la bajada de la oferta han sido las inundaciones en las plantaciones de Indonesia y de Bangladesh, donde además hubo un ciclón. Vietnam sufrió plagas de insectos y enfermedades en sus cultivos de arroz, problemas derivados de las malas condiciones climáticas.

El exceso de agua ha sido perjudicial para los agricultores de estos países, mientras que, por el contrario, la sequía también ha reducido la producción en países como Australia y Filipinas. Y las bajas temperaturas que batieron el récord en los termómetros chinos y vietnamitas disminuyeron de nuevo la cantidad de grano cosechado. El cambio climático, que está afectando al Planeta, seguirá perjudicando las cosechas.

Biodiesel y especulación

Pero uno de los principales motivos de la pérdida de terreno agrícola es la gran rentabilidad que ofrece la producción de biocombustibles. Según la Agencia de Alimentación de la ONU (FAO, siglas en inglés), éstos serían responsables hasta de un 15 por ciento de la subida de precios experimentada. Cada vez más agricultores dedican su superficie cultivable a producirlos para beneficiarse de la alta rentabilidad del negocio a causa de los elevados precios de los carburantes. La situación empeoraría si los productores asiáticos siguieran el mismo camino que EE.UU., que ya dedica un tercio de su cosecha de trigo a la producción de biocombustibles.

A su vez, la inflación en el precio internacional del petróleo, así como en el de los fertilizantes, también ha encarecido los costes de las cosechas y ha acabado repercutiendo en el precio del grano. A todas estas causas se debe añadir la <bespeculación< b=»»>que los inversores extranjeros están haciendo con los alimentos.

Los inversores de Wall Street han apostado por los mercados de materias primas. Se puede encontrar hasta un 80 por ciento de participación de fondos de inversión en bolsas tales como la del trigo. En lo que va de año, el precio del arroz ha crecido un setenta por ciento en el mercado de Chicago. La decisión de la UE de que en diez años un 10 por ciento de los vehículos funcionarán con biodiesel, no ha hecho más que lanzar el mensaje subliminal de que los cereales son una magnífica inversión.

Soluciones

La decisión de Pakistán, de Japón o de Camboya de volver a exportar arroz ha aliviado la situación, pero sólo es una leve mejora, y la FAO opina que los altos precios del grano podrían prolongarse durante una década. Según un estudio del International Food Policy Research Institute, el abandono de las distorsiones arancelarias que los países introducen en el mercado de los alimentos reduciría los precios en un tercio. Pero, en cambio, según el International Rice Research Institute, la solución se halla en un incremento de la productividad en los cultivos que se puede conseguir invirtiendo más en investigación y desarrollo. Así aumentaría la cantidad de arroz cosechado.

Ahora toda la atención se centra en los resultados de la próxima cosecha este verano. Según un informe de la ONU que tranquiliza a los mercados, esta será record. Sería una gran noticia para los cerca de 1.000 millones de personas desnutridas que hay en el mundo y para el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, que trata de ayudarlos, pero que ya tiene un déficit de 500 millones de dólares, según datos del Banco Mundial.</bespeculación<>

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