27/04/2020 | Actualidad > AsiaView
De cómo los sistemas de pensamiento se imponen al igual que las viejas y nuevas pandemias que cambiaron el mundo.

El alcance del giro cultural de la geografía se desprende de las numerosas aplicaciones de esta disciplina, abarcando una reflexión sin precedentes sobre el espacio, que admite la existencia de otros mundos alternativos que son resultado del progreso de las tecnologías de la información y que identificamos con la creación de universos virtuales y la supresión de las distancias gracias a la inmediatez de la transmisión. La reducción de las dualidades naturaleza-cultura, hombre-máquina, casa-territorio, país-planeta, son una consecuencia de la invención de internet y los progresos llevados a cabo en el ramo de la robotización.

Este giro es indisociable de la globalización económica y de su equivalente, la globalización del pensamiento. El sociólogo e investigador norteamericano Georges Ritzer ha dedicado gran parte de su trabajo al estudio de la globalización y por así decir a su abnegada aceptación por parte de las administraciones nacionales y de sus ciudadanos, como el único sistema de supervivencia válido. Desde la publicación de “La McDonalización de la sociedad” en 1993, donde compara la asunción de la sociedad global con un restaurante de comida rápida, hasta la publicación de “La globalización de la nada” (2004) no ha dejado de hacer referencia a la naturaleza de la globalización como un fenómeno asociado a la integración mundial y a la interdependencia de economías y culturas representativas de las diferentes naciones del planeta, que ha estimulado el consumo de bienes y servicios. Ritzer analiza la globalización también desde el inicio de una comunicación global a través de la televisión y de internet, y la formación de una conciencia global. Esta transformación que se identifica también con lo que se entiende por mundialización para Ritzer es un proceso de re-encantamiento de un mundo desencantado, a través del consumo y la tarjeta de crédito que es el equivalente de su DNI.

La correspondiente des-materialización y de-socialización que se ha producido en las dos últimas décadas debido al uso de internet en todas las comunicaciones ha cambiado la percepción del orden mundial y ha erosionado el concepto de identidad territorial, reforzando paradójicamente en muchos casos el sentido de pertenencia y apropiación que es constitutivo de los nuevos nacionalismos surgidos en las últimas dos décadas. La pregunta sobre cómo hacer cartografiables fenómenos asociados al auge del arte contemporáneo asiático responde a la falta de información, que frena el discurso etnocéntrico y eurocéntrico predominante Simulando una apertura y un presunto interés por sus producciones, como antaño por las “curiosidades” procedentes de oriente, la estrategia occidental ante la aparición de los nuevos agentes en el sistema del arte y la expansión territorial correspondiente suele radicar en el control del mercado. Sin disociar obviamente el valor comercial del producto y la aportación en términos artísticos y estéticos, las transacciones económicas en el sector constituyen la logística del operativo. Pero, más allá de la visibilidad que ciertas organizaciones internacionales, bienales, museos y galerías hayan dado a proyectos artísticos procedentes del sudeste asiático o de la región de Asia Pacífico en occidente, falta mucho para que se llegue a tener un conocimiento que resulta finalmente tan necesario. No se puede seguir negando la presencia pujante de las culturas orientales en la escena global del arte ni éste se puede concebir en bloque, porque las singularidades territoriales imponen la diferencia económica, política y social, y por lo tanto cultural en todas sus expresiones.

Las antiguas rutas de la seda constituyen un referente legendario, aunque no por eso menos ineludible, de la gramática del comercio entre oriente y occidente durante siglos, pero las fronteras y aranceles virtuales de las rutas han reemplazado a las murallas o muros físicos, entorpeciendo el movimiento de personas y de mercancías o imponiendo trabas al conocimiento del “otro” para perpetuar su exclusión, pese a las apariencias de una inclusión que no es tal. La prevención y los prejuicios siguen estando muy extendidos, cuando el mercado del arte ya no lo lideran como hasta finales del siglo XX EEUU o Europa sino en gran medida países del sudeste asiático como China, Corea y Japón o de Asia Pacífico como Australia. Lo demuestran las variables económicas del sector a partir de la mudanza de las sedes de Sotheby´s y Christies a Hong Kong, en busca del cliente asiático y del arrastre de inversores y agentes occidentales del sistema del arte que se establecieron a principios del siglo XXI en un país como China. Tener una delegación o una base operativa en Asia no dejaba de ser una prueba del interés suscitado por la producción y el mercado directamente relacionado con las prácticas artísticas y la autoridad que imponía lo nuevo.

El fenómeno no obstante es indisociable de la progresiva asianización de occidente y de la occidentalización de Asia. Desde la adquisición de la feria de arte contemporáneo de Hong Kong por Art Basel en 2013, la conocida como Hong Kong Art Basel Fair, Hong Kong se ha convertido en el hub del arte contemporáneo que se produce en Asia y en una de las mecas para las galerías del sudeste asiático al igual que para aquellas galerías europeas y norteamericanas que incluyen en sus tribus a artistas asiáticos contemporáneos.

El patrocinio de UBS (Unión de Bancos Suizos) sella la alianza entre esta entidad, líder de la banca privada internacional, y la multinacional conocida como Art Basel con sus sedes de Basilea, Miami y Hong Kong, líder mundial en el mercado del arte contemporáneo. La estrategia de UBS no es sólo ofrecer desde su más de medio centenar de sedes y delegaciones en el mundo una inversión sostenible en el marco de la economía global, sino asociarse con marcas de prestigio para la captación de clientes y a la vez hacer rentables sus activos. Por otra parte, ante la competencia de las principales casas de subastas, las galerías internacionales buscan ser legitimadas por los respectivos comités de selección que hacen posible su ingreso en Art Basel. La cobertura que la feria da es la marca y la seguridad o el control de calidad de sus productos que lleva asociada. El establecimiento en Hong Kong ha revolucionado el mercado del arte en la región facilitando los intercambios y la expansión del mercado en todas direcciones.

El sistema del arte en el sudeste asiático y en Asia Pacífico ha adoptado modelos y discursos que han triunfado en occidente como se desprende de la proliferación de bienales y trienales donde se han podido presentar artistas locales conviviendo con artistas internacionales en escenarios que centralizan los descubrimientos de los artistas más jóvenes y siguen legitimando las trayectorias más significativas. La bienal de Venecia sigue siendo el acontecimiento que cada dos años cumple la función de presentar en la exposición central el discurso susceptible de transmitir desarrollos y tendencias que ostentan las prácticas artísticas contemporáneas en el espacio global de producción, cuya ampliación se ha visto incrementada con la inclusión de nuevos pabellones nacionales en los últimos años, como es el caso de Indonesia (2013), Filipinas (2015) e India, ésta en 2019, que completan el itinerario del Arsenale. En India, China, Corea, Japón y Australia, las bienales y trienales se suceden con regularidad desde finales del siglo pasado completando un panorama que sin duda ayuda a conocer mejor lo que está sucediendo en otras partes del mundo. “My East is your West” (mi oriente es tu occidente) fue un evento colateral de la 56 Bienal de Venecia (2015) que puso de relieve la existencia de una conciencia de la ambigüedad de la relación entre oriente y occidente y las aplicaciones que se podían derivar ubicando estas dos latitudes en diferentes partes del mundo. En este caso se trataba de abrir el diálogo a escala entre India y Pakistán entonces sin pabellón nacional, representados respectivamente por Shilpa Gupta (Mumbai) y Rashid Rana (Lahore). En la actualidad, bienales y trienales siguen siendo espacios de representación geopolítica e instrumentos para transmitir información y conocimiento.

La bienal de Sidney creada en 1973 es la más antigua de esta gran área geográfica contigua al sudeste asiático, donde se han ido sucediendo iniciativas que han conseguido en cierto modo institucionalizar las citas bianuales o trianuales con el arte contemporáneo de la región. A partir de los años 90, la bienal de Gwangji (1995), la bienal de Shanghai (1996), la bienal de Taipei (2002), la Kochi-Muziris Biennale (2012), la primera trienal de Echigo Tsumari (2000), la trienal de Yokohama (2001), comisariada por RaqsMedia Collective, la trienal de Aichi (2010), la APT Trienal Asia-Pacífico (1993) y la Trienal de Auckland (2001) son las principales citas para tener una visión global del panorama artístico actual nada desdeñable. Más bien al contrario, son imprescindibles si se quiere conocer la escena artística internacional, que desde luego no se circunscribe por más tiempo al estrecho círculo de los discursos legitimadores que occidente ha tendido a imponer a todas aquellas prácticas artísticas que se asociaban a lo nuevo por su valor en el mercado. La 22 bienal de Sidney inaugurada el pasado 14 de marzo cerró sus puertas el 28 del mismo mes, apenas 14 días después, cuando debía permanecer abierta hasta el 8 de junio, a causa de la expansión del coronavirus. No obstante, a través de la web se puede acceder a los contenidos y a algunas imágenes de los proyectos presentados pudiendo valorar el alcance de este evento. En septiembre 2020 coinciden las inauguraciones de la Kochi.Muziris Biennale, las de Busan, Gwangjiu y Shanghai, además de la trienal de Yokohama, entre otros eventos programados, pero se desconoce aún si podrán tener lugar o se deberán aplazar, ya que todo depende de la evolución de la gran pandemia del COVID 19 que afecta a todo el planeta y los cambios que se producirán en el orden mundial y en el sistema del arte global.

Menene Gras Balaguer, Directora de Cultura y Exposiciones de Casa Asia 

Este artículo forma parte del espacio de reflexión #repensandoelmañana, con el que queremos compartir el análisis que nuestra red de personas expertas, tanto de Casa Asia como externas, hace sobre diversos asuntos de la actualidad en la región Asia-Pacífico.

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