06/11/2024 | Actualidad > AsiaView

Con excepción de los periodos 1993-1994 y 2009-2012, el Partido Liberal Democrático ha gobernado en Japón desde 1955 de una forma dominante. No obstante, la ciudadanía japonesa ha castigado al PLD en las recientes elecciones que tuvieron lugar el pasado 27 de octubre a causa de escándalos de corrupción y una situación económica en deterioro.

La pérdida de la mayoría parlamentaria del gobierno y la existencia de una oposición desunida han llevado a Japón a un escenario atípico de incertidumbre política.

La democracia japonesa se ha caracterizado por una gran estabilidad electoral y una gran inestabilidad interna del partido dominante, el Partido Liberal Democrático. El faccionalismo y la gran diversidad ideológica del partido han sido la fortaleza y debilidad del PLD, al ofrecer un amplio abanico ideológico para atraer un gran número de votantes de derecha y centro, pero al mismo tiempo generar una gran inestabilidad de los gabinetes, siendo la duración media de un primer ministro de dos años. No obstante, la permanencia en el gobierno del Partido Liberal Democrático se consideraba un factor de estabilidad en una región asiática cada vez más convulsa.

Un parlamento dividido y coaliciones inciertas

El resultado de las elecciones del 27 de octubre ha provocado la pérdida de la mayoría parlamentaria del gobierno. El PLD perdió 68 diputados de los 259 que tenía anteriormente, cayendo a 191 diputados y perdiendo la cómoda mayoría que disfrutaba en la cámara baja. El Komeito, socio de gobierno del Partido Liberal Democrático, sufrió una pérdida de 8 diputados, obteniendo un total de 24, provocando que la previa coalición de gobierno no haya obtenido suficiente representación parlamentaria para formar gobierno. El principal partido de la oposición, el Partido Constitucional Democrático, fue el gran beneficiado de las elecciones, aumentando su representación en 52 diputados hasta un total de 148. Con ninguna mayoría clara, la aritmética parlamentaria se complica. La gran diversidad ideológica y la desunión de los partidos minoritarios de la oposición hace altamente improbable un gobierno formado por estos partidos.

La opción más probable es un gobierno en minoría del Partido Liberal Democrático y el Komeito apoyado externamente por otro partido. El Nippon Ishin no Kai (Iniciativas desde Japón), partido liberal conservador centrado en Osaka con 38 diputados, y el Partido Democrático para el Pueblo, partido conservador moderado que aumentó drásticamente su representación hasta los 28 diputados, se han convertido en las piezas claves para la gobernabilidad. Ambos partidos han descartado entrar en coalición con el PLD, pero han anunciado su voluntad de negociar en formulación de políticas en áreas de interés común. En el caso de que todos los partidos de la oposición se unieran para destituir el gobierno liderado por Ishiba Shigeru, se requeriría de la colaboración de antiguos diputados del PLD que se han presentado como independientes, haciendo aún más compleja la formación de un posible gobierno.

Desencanto económico: inflación y desaceleración

Una de las principales razones del desencanto de la ciudadanía con el Partido Liberal Democrático ha sido el deterioro general de la situación económica en el país nipón. La economía japonesa ha sufrido de un estancamiento desde principios de los años noventa, debido a una combinación de deflación y desaceleración económica. Si bien los japoneses están acostumbrados a esta situación, la población ha sufrido de las consecuencias de la inflación por primera vez desde los años setenta. La combinación de los planes de estímulo post-COVID, la tasa de interés negativa del banco central japonés junto a la depreciación del valor del yen han provocado una inflación inaudita para un país acostumbrado a lo contrario. Durante el año 2023, la inflación se situó en el 3.1%, la mayor cifra de los últimos 41 años, debido, entre otras razones, a la debilidad del yen, a la disrupción de las cadenas de suministro y a las tensiones geopolíticas. El aumento de los costes de producción se ha trasladado de las empresas a los consumidores, que no están acostumbrados a un aumento de precios en un país en el que se habían mantenido estables durante décadas. En el mes de agosto la inflación aumentó un 3% con respecto al año anterior. Además, en áreas tan importantes como los alimentos frescos o la electricidad, la inflación ha sido del 7’8% y 12% respectivamente. Los japoneses han sufrido gravemente el alza en el precio de los productos básicos, y si bien la mayor federación de sindicatos de Japón ha anunciado un aumento en los salarios debido a las negociaciones entre las grandes empresas japonesas y los trabajadores, durante los últimos dos años la pérdida de poder adquisitivo en productos básicos ha sido notoria. El gobierno japonés redujo su pronóstico de crecimiento económico para el año fiscal hasta marzo de 2025, del 1,3% al 0,9%, principalmente debido a una revisión a la baja del consumo.

El Banco de Japón y el yen

En un país dependiente de las importaciones de alimentos y combustible, la devaluación del yen ha provocado gran parte del encarecimiento de las cestas de la compra y las facturas energéticas. El índice de precios de las importaciones subió hasta un 10,8%. El yen ha experimentado una devaluación debido a la diferencia de tipos de interés entre la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Japón. Al caer por debajo de la barrera psicológica de 150 yenes por dólar, el gobierno japonés decidió tomar medidas para contrarrestar la preocupante evolución de la divisa nipona. En el último año, el yen ha perdido más del 25% de su valor frente al dólar, alcanzando niveles que no se veían en 25 años. El Banco de Japón ha retrasado tomar decisiones respecto a subidas de tipo de interés, dentro de su marco de normalización monetaria, debido a la incertidumbre resultante de los resultados incluyentes de las elecciones niponas y de la cercanía de las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre. El yen también cayó a un mínimo de tres meses, hasta los 153 yenes por dólar, acentuando la aversión del mercado y los inversores a la inestabilidad política.

La debilidad divisa japonesa, a pesar de los efectos negativos generales a la economía nipona, ha resultado en algún beneficio. La industria turística de Japón está experimentando un notable resurgimiento, con un aumento significativo en el número de visitantes y los ingresos. El auge turístico de Japón ha sido impulsado por la depreciación del yen, lo que ha aumentado el poder adquisitivo de los visitantes extranjeros. Según la Organización Nacional de Turismo de Japón, las llegadas de turistas extranjeros han alcanzado casi 27 millones en los primeros nueve meses de 2024, lo que ha tenido un impacto positivo en la economía del país. Estos datos reflejan un aumento interanual del 54.7%.

Pérdida de competitividad: falta de inversión y renovación

El mayor factor que ha afectado la competitividad nipona es la eficiencia empresarial. Japón ha caído del puesto 19 en 2014 al 55 en 2020 en este aspecto, principalmente debido a la lentitud en la toma de decisiones empresariales, la baja productividad y la falta de adaptabilidad, especialmente en lo relacionado con la digitalización y la globalización. La pandemia de COVID expuso la falta de avances en digitalización y la incapacidad de implementar pagos rápidos a ciudadanos. En el ranking global de competitividad digital de IMD, Japón pasó del puesto 20 en 2014 al 28 en 2021. Las principales causas de este declive incluyen la falta de experiencia internacional de algunas empresas, la resistencia a aceptar personal extranjero altamente calificado y una infraestructura tecnológica débil. Además, la falta de flexibilidad en la gestión empresarial, la preferencia por reducir costos en lugar de invertir en innovación tecnológica y la escasa internacionalización son factores que afectan negativamente la competitividad. Las empresas japonesas tienden a priorizar la reducción de costos sobre la creación de valor añadido, y muchas no desarrollan ni gestionan sus propios sistemas digitales. La baja participación de Japón en el comercio exterior, con una proporción de exportaciones del 17% en 2019 (una de las más bajas entre los países avanzados), refleja una falta de interés en los mercados internacionales, ya que su mercado interno es relativamente grande. Sin embargo, esto ha generado una complacencia que ha frenado el desarrollo de mercados de exportación y ha limitado las oportunidades de las empresas y los trabajadores para adquirir experiencia internacional.

Un buen ejemplo de la pérdida de competitividad japonesa es la industria electrónica. Los componentes electrónicos han sido la segunda exportación más importante de Japón. Sin embargo, tras la crisis global de 2008, la ventaja comparativa de Japón en esta categoría disminuyó, mientras que la de Corea del Sur o China aumentaron significativamente. Japón fue el mayor exportador mundial de partes y componentes electrónicos antes de la crisis, pero en 2017, tanto Taiwán como Corea del Sur exportaban más del doble del valor que Japón. Tras el shock del 2008, las exportaciones japonesas sufrieron una importante pérdida de rentabilidad y las empresas japonesas no pudieron mantener la inversión en innovación y capital, lo que afectó su competitividad a largo plazo. A pesar de estos problemas, algunas empresas japonesas como Murata Manufacturing, especializadas en productos de alta gama, tuvieron un mejor desempeño al dominar nichos de mercado con menos competencia en precio.

Inestabilidad política y presupuestaria

Con la pérdida del dominio del Partido Liberal Democrático, la inestabilidad parlamentaria obligara al partido que finalmente obtenga el mandato para formar gobierno a pactar constantemente con otras fuerzas de la Dieta japonesa. La incertidumbre y posible volatilidad de las fuerzas de gobierno auguran un caos y desconcierto muy poco favorable a mejorar la situación económica que está sufriendo el país. Nippon Ishin no Kai y el Partido Democrático para el Pueblo, partidos absolutamente claves para la aritmética parlamentaria, abogan por reducciones fiscales para los trabajadores japoneses y aumentos importantes en el gasto público en servicios públicos. En un país seriamente endeudado y con la población trabajadora menguante, la reducción de la carga impositiva y un aumento importante de gasto pondría en apuros mantener la disciplina fiscal. Nippon Ishin no Kai aboga por la educación universitaria gratuita, cuyo aumento en el gasto supondría un importante estrés para las finanzas japonesas. El Partido Democrático para el Pueblo está negociando exenciones fiscales para los trabajadores a tiempo parcial y subsidios a las facturas eléctricas en un posible acuerdo con el Partido Liberal Democrático para un eventual pacto para la gobernabilidad. El actual primer ministro, Ishiba Shigeru, ha prometido aumentar el gasto en servicios públicos y dirigir inversión a las zonas rurales sufriendo despoblamientos. Las concesiones a otros partidos y la retórica populista centrada en aumento de gasto y rebajas fiscales ponen en peligro la estabilidad financiera de la administración pública y dificultan gravemente las reformas que la economía japonesa necesita para recuperar competitividad. La lentitud de las últimas administraciones del PLD al aplicar reformas seguramente no hará más que agravarse ante la incertidumbre política y la inestabilidad parlamentaria.

Conclusión

Japón enfrenta una compleja situación de inestabilidad política y económica. La pérdida de la mayoría parlamentaria del Partido Liberal Democrático y la necesidad de alianzas frágiles dificultan la gobernabilidad y la implementación de políticas consistentes. En el ámbito económico, el país lucha contra una inflación inusual, una devaluación del yen que encarece importaciones clave, y una transición forzada hacia un modelo de consumo interno. Aunque el aumento salarial ha dado un respiro, los riesgos de una recesión persisten. La capacidad de Japón para salir adelante dependerá de su habilidad para estabilizar el gobierno y aplicar reformas económicas profundas.

Departamento de Economía y Empresa de Casa Asia

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