El ikebana, arreglo floral japonés, tiene su origen en las primeras ofrendas florales budistas y se desarrolló a partir del siglo XV con numerosos estilos y escuelas hasta convertirse en una forma independiente de arte.
La atención prestada a las plantas, a los recipientes, a la colocación de las ramas y a la relación entre éstas y el recipiente así como al espacio que las rodea, distingue a este arte del simple uso decorativo de las flores.
La Escuela Sogetsu es una de las más importantes de Japón y representa el ikebana de vanguardia. Fue fundada por Teshigahara Sofu quien introdujo un cierto soplo de frescor a las formas rígidas y arcaicas de las escuelas más tradicionales.
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