Fawzia Koofi nació en Badakhshan, Afganistán en 1975. Es Licenciada en Ciencia Política y Derecho por la Universidad de Kabul, y máster en relaciones internacionales por la Universidad Diplomática de Ginebra. Es parlamentaria y activista por los derechos de las mujeres y la educación de las niñas.

Comenzó su carrera política en 2001 tras la derrota del régimen talibán en el poder en Afganistán, desde 1996 hasta su caída, propiciada por la invasión militar de la OTAN en octubre de 2001. En 2005 obtuvo el acta de diputada en las primeras elecciones legislativas que se organizaron en Afganistán por Badakhshan, su provincia natal. Obtuvo su escaño, convirtiéndose en la primera afgana elegida vicepresidenta de la Wolesi Jirga, la Cámara baja de la Asamblea Nacional, y también presidió la Comisión de Asuntos de la Mujer, Sociedad Civil y Derechos Humanos del Parlamento, desempeñando un papel activo en la promulgación de leyes de protección para las mujeres y los niños, en particular la Ley de Eliminación de la Violencia contra la Mujer y la Ley de Protección de la Infancia en Afganistán. En 2019 fundó el partido Movimiento por el Cambio ya que no la dejaron presentarse a la reelección.

A partir de 2001 Koofi contribuyó a que las mujeres hicieran progresos en su país desde la prohibición del gobierno talibán de poder ir a la escuela, trabajar, dedicarse a la política o salir a la calle sin un pariente masculino.

Debido a su trayectoria política en defensa de los derechos de las mujeres y su compromiso con la educación de las niñas, ha recibido numerosas amenazas de muerte y ha sobrevivido a dos intentos de asesinato, el primero en 2010, reivindicado por los talibanes, y el segundo en agosto de 2020. A pesar de ello, esta defensora de la paz y de los derechos humanos, se ha sentado a negociar con los talibanes: fue la primera afgana en participar en la mesa de diálogo entre los talibanes y los Estados Unidos en Moscú en 2019, y una de las cuatro mujeres que participaron en las negociaciones de paz en Doha en 2020, llevando el brazo derecho escayolado, debido a la herida de bala sufrida durante el intento de asesinato que tuvo lugar sólo unas semanas antes.

Viuda y madre de dos adolescentes, su trabajo le mereció ser designada Young Global Leader por el Foro Económico Mundial y ser una de las candidatas al Nobel de la Paz de 2020.

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